En nuestras entrevistas en el Poblenou se repite mucho la palabra mar y se destaca la cercanía del barrio con la playa. Barcelona tiene 5 kilómetros de costa y en los últimos años se está haciendo un gran esfuerzo para convertirla en un espacio para el uso y disfrute de la ciudadanía.
El litoral de Barcelona
La ciudad condal tiene 10 playas, entre los barrios de La Barceloneta, Vila Olímpica, El Poblenou y Diagonal Mar, pensadas para que cualquier persona pueda bañarse en el Mediterráneo. Incluso si no te gusta la arena, hay una playa para ti. Adaptadas para personas con movilidad reducida, todas son accesibles a través de pasarelas y rampas. Además durante la temporada de baño existen distintos servicios para reforzar el apoyo.
Barcelona también fue la primera ciudad de España en prohibir fumar en la playa. Con esta medida se busca reducir la presencia de colillas en la arena, elementos muy contaminantes para el agua.
El litoral también destaca por ofrecer una amplia oferta de actividades relacionadas con la educación marina y la promoción del deporte. En la playa del Somorrostro está el Centro de la Playa, un espacio que durante la temporada de baño ofrece talleres gratuitos, o el Espacio de Mar en la Barceloneta, que, a través de los deportes, sensibiliza sobre la conservación ambiental.
Barcelona no solo es arena y Mediterráneo
El clima y 300 días de Sol al año permiten disfrutar de la playa durante meses. La temporada alta de baño se extiende de mayo a septiembre, momento en el que están disponibles todos los servicios que el Ayuntamiento pone a disposición de la ciudadanía.
El otro gran atractivo del litoral barcelonés, del que se puede disfrutar todo el año, se encuentra en primera línea de mar. Barcelona tiene 1200 metros de paseo marítimo que se está transformando para convertirse en un gran espacio adaptado y pensado para la promoción del deporte al aire libre.
La relación de Barcelona con el mar
Aunque no siempre se ha podido disfrutar así de las playas de Barcelona. Todavía hay personas que recuerdan la suciedad que se acumulaba por el vertido sin control de residuos de las fábricas del Poblenou. O los barrios de chabolas, como las del Somorrostro, que crecían alrededor de la arena. El mismo que hoy da nombre a esa playa y que desapareció en los años 60 para construir el paseo marítimo.
La gran transformación del litoral, sobre todo en la zona del Distrito de Sant Martí, es relativamente reciente. En 1992, Barcelona se abrió al mar coincidiendo con la celebración de las Olimpiadas. Un acontecimiento que cambió la ciudad por completo y, en especial, El Poblenou y su relación con la playa.