La segunda vida de 5 fábricas del Poblenou

Una fábrica abandonada puede ser un problema o una oportunidad. El Poblenou, un barrio con un importante pasado industrial, es un buen ejemplo de cómo se pueden reciclar y reintegrar estos edificios singulares para preservar la memoria de nuestro pasado. Te presentamos la segunda vida de 5 fábricas que recuperaron su esplendor con nuevos usos.

CAN SALADRIGAS
C/Joncar, 35-45 

De fábrica textil a centro cívico y cultural

Sus orígenes se remontan al año 1858 cuando Antoni Saladrigas fundó una fábrica de blanqueamiento y estampados textiles en la calle Ebre. El conjunto fue creciendo y junto a la fábrica se construyeron edificios destinados al personal. En 1903 la sociedad se disolvió y el recinto se dividió en varias empresas.

La transformación llegó en 2002. En la planta baja del edificio el arquitecto Josep Emili Hernàndez-Cros proyectó el Casal de Gent Gran Taulat. Aunque el gran cambio tuvo lugar entre 2006 y 2009 cuando los arquitectos Moisés Gallego y Tomàs Morató realizaron una rehabilitación integral. El objetivo era mantener el aspecto fabril del edificio creando un espacio para la Biblioteca Poblenou – Manuel Arranz, el Centre d’Imatgeria Festiva del Poblenou y un centro cultural.

LA GALETA
C/Pamplona 96-102

De fábrica de galletas a coworking empresarial

Las oficinas de Xela Properties están situadas en una de las primeras fábricas galleteras de Barcelona. Por eso se conocía popularmente como “La Galeta”. En la calle Pamplona 96, Pere Viñas i Renom fundó, en 1879, la empresa Galletas y Bizcochos Viñas y Cía en una fábrica obra del arquitecto Joan Barba. 

A principios del siglo XX se convirtieron en uno de los principales productores de galletas dulces a nivel estatal. Llegaron a competir con marcas inglesas y a comercializarse en Estados Unidos y Filipinas. Sin embargo, después de la Guerra Civil se declaró en quiebra y fue vendida. Años más tarde, se rehabilitó el edificio y se acondicionó su interior para que pudieran albergar locales y negocios.

HISPANO OLIVETTI
Av/Diagonal 208

De fábrica de máquinas de escribir a centro comercial

En 1940 la reconocida empresa de máquinas de escribir Hispano Olivetti construyó un novedoso complejo industrial frente a la plaza de Las Glorias. Un moderno recinto de más de 10.000 m2 que buscaba la calidad y perfección de los trabajos. Así como la eliminación de las diferencias entre el personal, indistintamente de su categoría, con amplios comedores, piscinas o zonas deportivas.

La revolución informática en los años 80 provocó la crisis de la mítica marca que cerró definitivamente en 1987. Las Olimpiadas de Barcelona fueron el revulsivo para esta zona.  Aunque se mantuvieron los edificios que daban a Gran Vía, gran parte del complejo se dinamitó para abrirlo e inaugurar, en 1995, el centro comercial Les Glòries. Un eje comercial con una amplia oferta de moda, restauración y ocio, tanto de marcas internacionales como retailers locales.

CAN GILI NOU
C/Taulat 15

De fábrica de harina a singulares viviendas

Hasta una veintena de harineras se podían encontrar en el barrio, siendo este el quinto sector productivo.

Uno de los conjuntos fabriles que todavía se conserva es el de Can Gili Nou. En 1880, Josep Gili instaló aquí la empresa «La Trinidad». Muy cerca de la fábrica de harinas «La Fama», propiedad de su hermano Andreu Gil, que era conocida como Can Gili Vell

A principios del siglo XXI, el conjunto se rehabilitó para convertirlo en singulares viviendas lofts y albergar el Casal del barri Vila Olímpica – Can Gili Nou.

CA L’ALIER 
C/Cristóbal de Moura 43-47

De fábrica textil a centro de innovación

El espacio referente en «smart cities«, sede de la fundación BIT Habitat, centro de innovación urbana, se encuentra en Ca l’Alier.

Aunque el origen de sus edificios se remonta al 1877, la importancia de esta fábrica se sitúa en los años 20. Pere Alier compró este conjunto fabril en 1909 y lo dedicó a la producción textil de yute.

Después de un periodo de abandono que deja el edificio en un estado ruinoso, el Ayuntamiento impulsó en 2011 una rehabilitación para adaptarlo a las más altas exigencias tecnológicas y medioambientales actuales. Un edificio inteligente y energéticamente autosuficiente, que le ha permitido obtener la certificación LEED Platinum.

Estos son solo unos pocos ejemplos de cómo reconvertir una vieja fábrica en un nuevo espacio para la ciudadanía. Paseando por el Poblenou podemos encontrar otros espacios fabriles que han tenido otra vida. Palo Alto como un laboratorio de ideas creativas, Can Felipa como un centro cívico o la Fábrica como el campus universitario de Pompeu Fabra son otras que preservan la historia del barrio, ofreciendo nuevos servicios.