Freddo Fox – La cerveza artesana de Robin, Marcus y Elliott

Un llamativo mural de tonos anaranjados protagonizado por varios lúpulos nos da una pista de lo que alberga este edificio en la calle Llull 61. Encima de la puerta, el zorro Freddo nos da la bienvenida a la microcervecería que lleva su nombre: Freddo Fox. Nos recibe uno de sus tres fundadores, Robin Barden, Head Brewer.

Al cruzar la puerta no encontramos ni oficinas, ni un bar propiamente. “Tenemos una especie de showroom, con neveras con latas inspiradas en el arte callejero” cuenta Robin, “los fanes de nuestra marca vienen antes del fin de semana para llevarse cervezas a casa”. Aunque solo están abiertos miércoles, jueves y viernes. “También ofrecemos catas de nuestras IPA y de las afrutadas, y cervezas visitantes porque entre los tres llevamos muchos años en el mundo de la craft beer” explica Robin señalando a unos sillones chester al final de la estancia.

Cervecería Freddo Fox

La incorporación en el equipo de Marcus Tybell, como director creativo, dio una nueva visión al proyecto. Él fue el que aportó la idea de poner neveras con latas inspiradas en el arte callejero. Robin reconoce que “estos diseños son un motivo para hablar con la gente creativa del barrio” aunque todavía no han podido desarrollarlo “hemos lanzado la marca en unas circunstancias difíciles y hay relaciones potenciales que todavía no hemos hecho” lamenta Robin. “De hecho, no hemos inaugurado este espacio”.

Freddo Fox es un microcervecería que nació este enero pero, no son unos desconocidos ni para el sector ni para el Poblenou. “Hace 8 años con Elliott Konig, el tercer socio, inauguramos Edger Brewer, era novedosa, pero está cambiando tan rápido este sector que no se había renovado” comenta Robin. Con esta nueva marca pueden seguir innovando “no hemos hecho la misma cerveza dos veces, partimos de una misma receta, pero tenemos muchas variables con las que podemos jugar” explica emocionado Robin. 

Freddo Fox nunca hace la misma cerveza dos veces

De hecho, continúan en la misma localización “a la gente le atrae que la elaboremos aquí, trabajando con pasión, ver la maquinaria y probar la cerveza” explica Robin. Otro factor importante es lo que llama el “balance” (equilibrio) entre el pasado industrial y proyectos innovadores. “En el Poblenou hay una mezcla entre industrial y hipster que ahora está perfectamente equilibrado” comenta Robin. “En una misma calle tenemos cafeterías especializadas y empresas donde comprar recambios o que nos prestan un camión con pluma fantástico para mover los tanques de fermentación”.

Por eso para Robin el Poblenou es:

Industrial
Balanced
Creative

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en breve volverá a estar activo.